Actuar a nivel profesional desde el miedo o desde la apertura
Últimamente han llegado dos "entradas" que, para mí, ponen en evidencia una actitud vital generalizada que tenemos las personas en los últimos tiempos: el miedo.
En primer lugar llegó algo en lo que he ido centrando mi atención desde hace tiempo: un documento completo sobre cómo el consumo colaborativo está transformando el negocio turístico en todos sus aspectos, y la confirmación de su consolidación en este sector, y en otros. Se trata de un reportaje especial de la Revista Hosteltur centrada en Consumo Colaborativo titulado "Turismo p2p ¿nuevos intermediarios o negocios sin control?". La entrada del reportaje orienta bastante sobre las dudas que genera el consumo colaborativo en un sector que constituye uno de los principales lobbies a nivel nacional, el turismo: "El turismo “peer to peer” (p2p) es una de las grandes tendencias globales que está transformando el modo de viajar y consumir. Transporte por carretera, alojamiento, experiencias en el destino, restauración… Prácticamente todos los sectores de la industria turística se han visto ya afectados por la llamada “economía compartida” que en muchos casos también es economía sumergida e intrusismo."
En segundo lugar llegó, por diferentes vías, como mandan los cánones de la web 2.0, la carta que Risto Mejide mandó a 50 grandes directivos junto con tres libros de diferentes y reconocidos emprendedores tecnológicos hablándoles de su próximo despido. Copio el trozo que me interesa:
"Estimado Sr. …,
Mi nombre es Risto Mejide y está usted despedido.
El hecho de que aún usted no lo note, no significa que no se haya producido ya. Y a mí no me mire, que yo no he sido quien ha tomado la decisión. Si fuese por mí, usted seguiría exactamente donde está haciendo lo que está haciendo, dedicando su escaso tiempo libre a leer las cartas de gente como yo.
Pero el caso es que no depende de mí. Ni de usted. Ni siquiera de sus socios, accionistas ni stakeholders.
La decisión la acaba de tomar un chaval de menos de 30 años en cualquier garaje, cuartucho o biblioteca de cualquier universidad. Cerca de usted, seguramente. Y lo peor no es eso. Lo peor es que ya la está poniendo en práctica. Desde hoy. Desde ya. Desde ahora mismo.
Mientras va usted recogiendo sus cosas, me gustaría darle también alguna buena noticia. Y la verdad es que es una muy buena noticia. Ahí va: aún puede usted convertirse en el primer socio de su sucesor.
Mientras va usted recogiendo sus cosas, me gustaría darle también alguna buena noticia. Y la verdad es que es una muy buena noticia. Ahí va: aún puede usted convertirse en el primer socio de su sucesor.
Conector le propone crear un espacio de aceleración de proyectos relacionados con su sector, es decir, de proyectos que puedan ser en breve su propia evolución"...
Más allá de la excelente iniciativa de Marketing directo que representa esta carta, y que seguramente habrá dado muy buenos resultados desde el punto de vista de contactos con la iniciativa Conector, me llama la atención que tanto una entrada como otra están escritas desde el punto de vista del miedo, pretenden que las personas a las que alude el reportaje y la carta actúen desde el miedo, no desde la apertura.
Si un empresario turístico de los sectores en los que está teniendo más impacto el consumo colaborativo (alojamiento o transporte) lee el artículo de Hosteltur (que para mí valida que esta tendencia, a compartir más que a poseer, se está generalizando), puede hacer dos cosas principalmente: actuar desde el miedo, intentando defenderse de algo que ha venido para quedarse (quejándose, movilizando su lobby de influencia, ilegalizando este tipo de actividad, asustando a los usuarios diciendo que no se sabe lo que pueden encontrar, ...); o actuar desde la apertura, intentando identificar qué buscan las personas que consumen estas propuestas y cómo pueden aprovechar esta nueva oportunidad que la Vida les brinda para crecer, para madurar.
Si un directivo de los 50 recibe esta carta, también puede actuar desde el miedo llamando a Conector y sometiéndose a esta "evolución" de este "espacio de aceleración de proyectos" (¿para qué correr, para qué crecer y crecer...? pero eso es otro tema...), o confiar en que nadie le va a quitar nada, que si finalmente le despiden tendrá mucho más tiempo para emprender otros proyectos, para conectar con quien desee, para disfrutar de lo que la Vida le ofrezca cuando le despidan. Confiar en que "siempre vas detrás cuando persigues al Destino", como dice Fito.
Todo esto tiene que ver para mí con el sentido de lo que uno hace. Y el miedo no da sentido. Lo que da sentido para mí es vivir lo que la Vida te trae de la forma más consciente posible. Y para ello está bien ir despacio, observar con calma, y actuar cuando uno siente que es el momento.
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