Innovación inversa
Leo con interés en El País del Domingo pasado un artículo titulado "La innovación barata emerge", en el que se habla del concepto de Innovación inversa/ reverse innovation, que ya presentó Infonomía en 2009 bajo el título "Trickle up innovation". Escribí ese mismo 2009 una reflexión sobre este concepto que ahora amplío con la visión que tengo ahora de lo que tiene que ser la sociedad del futuro hacia el siglo XXII.
De entrada, el artículo plantea la disyuntiva entre "producto barato para muchos" vs. "producto caro para unos pocos". Los vendedores de productos de lujo lo tendrían claro (ya que defienden el producto caro para pocos), pero tiene sentido que el concepto "producto barato para muchos" sea una tendencia para el gran consumo debido a que los mercados del norte están saturados y los del sur están casi por descubrir... pero con cada vez más poder adquisitivo. Esto no acaba de concordar con la idea de un mundo para todos, ya que la crisis sistémica actual denota que el modelo financiación-consumo tiene unos costes sociales y ambientales inasumibles por una sociedad responsable.
Me sorprende que todavía se hable sólo de innovar para competir, puesto que ya no se trata de eso, sino de innovar para sobrevivir. Sobrevivir como personas, sobrevivir como comunidades, sobrevivir como planeta. Un planteamiento que dice "Innova hacia productos más baratos porque así ganarás más dinero" debería decir "innova hacia productos más baratos, que ayuden a que más personas vivan mejor y que disminuyan el impacto ambiental de los productos actuales"... si de lo que se trata es de respetar a las personas y al planeta en el que estamos, si de lo que se trata es de poder conocer a nuestros nietos.
No es suficiente con que el centro de creación de nuevos productos se traslade al sur, a los países emergentes, sino que además tiene que establecerse su impacto social y ambiental durante todo su ciclo de vida antes de poner la máquina en funcionamiento.
Pensemos cómo queremos vivir, qué nos gustaría ser de mayores y aportemos nuestro grano de arena a lo que será el futuro. Parece que no, pero cada vez somos más los que queremos ser granos de arena...
De entrada, el artículo plantea la disyuntiva entre "producto barato para muchos" vs. "producto caro para unos pocos". Los vendedores de productos de lujo lo tendrían claro (ya que defienden el producto caro para pocos), pero tiene sentido que el concepto "producto barato para muchos" sea una tendencia para el gran consumo debido a que los mercados del norte están saturados y los del sur están casi por descubrir... pero con cada vez más poder adquisitivo. Esto no acaba de concordar con la idea de un mundo para todos, ya que la crisis sistémica actual denota que el modelo financiación-consumo tiene unos costes sociales y ambientales inasumibles por una sociedad responsable.
Me sorprende que todavía se hable sólo de innovar para competir, puesto que ya no se trata de eso, sino de innovar para sobrevivir. Sobrevivir como personas, sobrevivir como comunidades, sobrevivir como planeta. Un planteamiento que dice "Innova hacia productos más baratos porque así ganarás más dinero" debería decir "innova hacia productos más baratos, que ayuden a que más personas vivan mejor y que disminuyan el impacto ambiental de los productos actuales"... si de lo que se trata es de respetar a las personas y al planeta en el que estamos, si de lo que se trata es de poder conocer a nuestros nietos.
No es suficiente con que el centro de creación de nuevos productos se traslade al sur, a los países emergentes, sino que además tiene que establecerse su impacto social y ambiental durante todo su ciclo de vida antes de poner la máquina en funcionamiento.
Pensemos cómo queremos vivir, qué nos gustaría ser de mayores y aportemos nuestro grano de arena a lo que será el futuro. Parece que no, pero cada vez somos más los que queremos ser granos de arena...
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